Compartiendo a Jesucristo: Jesús echa a los vendedores del templo
«Está escrito: Mi casa es casa de oración, pero vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones».
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
Más información aquí.