Palabras de vida desde la misión: La desproporción de Dios
«Y aunque no tuvieras dos manos, con tener un corazón para amar te basta…»
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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