Signos previos a los tiempos del establecimiento del Triunfo
Una de las grandes promesas de Nuestra Señora en sus apariciones en Fátima es «Al final, mi Inmaculado Corazón triunfará». Este gran mensaje, lleno de riqueza y de un gran misterio para su ejecución, viene amparado y precedido por grandes Santos que predijeron un «tiempo de María», como fueron San Bernardo o el gran amante de María Santísima, San Luis María Grignion de Montfort.
San Bernardo en sus sermones dedicados a María, nos habla de un tiempo venidero en el que la fuerza de la Mujer que venció al dragón, brille sobre el mal que hirió al hombre y se haga justicia a la Verdad y el Bien que a través de Ella el hombre recibió para Gloria de Dios».
Este gran tiempo, tal y como San Luis María Grignion de Montfort refiere en su libro «Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen», se distinguirá por varios signos que lo antecederán y en los que Dios propiciará dones y gracias singularísimas para su llegada.
El tiempo o «Reino» de María se dará en medio de:
- Un entorno de perplejidad, ambigüedad o distorsión de la doctrina y oscurecimiento de la realidad plena eclesial: en torno a la verdad y dones trascendentales/sacramentales recibidos y custodiados en la Iglesia católica.
- Persecuciones: a la Iglesia y a todos los fieles que deseen vivir la verdad y depósito doctrinal de la Iglesia.
Dios propiciará:
Habrá un derramamiento especial de la Misericordia de Dios -que se dará aun sin mediaciones humanas-: Se multiplicarán las conversiones de almas a Dios -por muy alejadas que estén de Él-, mediante Gracias de conocimiento extraordinarias y un conocimiento revelado por Dios mismo a ellas.
Se elevarán santuarios como focos de luz potentes — aunque sean pequeños — a los cuales los fieles podrán acudir como refugios de alimento espiritual de sus almas; las cuales serán alimentadas en ellos por el amor maternal de María y la Presencia eucarística.
Las alabanzas y demostraciones de amor y devoción, así como el cuidado y custodia de la Eucaristía rebrotará entre el pueblo cristiano, reconociendo que en Ella está la Presencia Real de Jesucristo y el alimento de las almas fieles.
Al ser grande la oscuridad y el desconocimiento del poder de la Gracia en las almas y por tanto de la Presencia de Dios en el mundo, en su Iglesia... Se hace necesaria una manifestación fuerte, poderosa, del poder de Dios entre sus hijos (para ser diferenciados de los poderes del mal y de los falsos dioses). Los signos que la Iglesia primitiva realizó con el poder y la fuerza del Espíritu Santo recibido en Pentecostés — teniendo como intercesora principal a María — para ser creídos como mensajeros de la auténtica Verdad de Dios — ¡del Dios verdadero!, entre muchos otros — fueron los milagros, expulsiones del maligno y manifestación de dones extraordinarios entre sus coetáneos...
Ahora pues, todos aquellos que permanezcan y deseen permanecer fieles —aun a costa de todo sufrimiento— a la Verdad evangélica, al reconocimiento de la Iglesia como depositaria de los poderes de Jesucristo en la tierra —especialmente a través de su vicario, el Papa—, a todos aquellos que vivan —aun sencilla y muy solitariamente— la fe, y especialmente aquellos que amen de manera particular a la Virgen y la Eucaristía, recibirán dones y carismas especiales para defenderse y robustecer las filas de los fieles a Dios.
De entre estas almas, las predilectas son los SACERDOTES, ya que por el poder que reciben mediante el sacramento del orden reciben una potestad superior sobre las almas —como Otros Cristos en la tierra— y por tanto, por su unción, son mediadores especiales de las Gracias que quiere derramar el Espíritu Santo.
Habrá instituciones nacidas para la difusión y establecimiento del Triunfo del Inmaculado Corazón de María: serán instituciones religiosas devotas, fieles a la sana doctrina y tradición de la Iglesia en sus costumbres religiosas, amantes de al Eucaristía e hijos enamorados de la Madre Santísima.
Desde HM Televisión te ofrecemos todo un documental en el que disfrutarás de la grandeza de esperanza y luz que desprenden estas palabras y ante las cuales el mundo entero en su historia actual queda totalmente alumbrado por Aquella que pisó la cabeza de la serpiente.
