Examen de conciencia cuaresmal

  • Published in Orando

Introducción:

La Cuaresma es tiempo de conversión. ¿Cómo estoy aprovechando este tiempo de gracia? Quizás sea bueno pararnos unos momentos y, a la luz de la palabra que la Iglesia nos ofrece en la Liturgia de las Horas de este tiempo de Cuaresma, hacer un examen de conciencia.

La Fundación EUK Mamie-HM Televisión te ofrece la posibilidad de hacer este examen de conciencia reflexionando a través del Himno de las Vísperas del tiempo de Cuaresma “Libra mis ojos de la muerte”.

Examen de Conciencia Cuaresmal:


Comenzamos pidiendo luz al Espíritu Santo para conocernos a nosotros mismos y conocer la voluntad de Dios sobre nosotros. Oramos con estas palabras:

¡Oh Espíritu Santo!
Alma de mi alma, yo os adoro;
iluminadme, guiadme, fortalecedme, consoladme.
Decidme lo que debo hacer, dadme vuestras órdenes.

Yo os prometo someterme a todo cuanto deseéis de mí
y aceptar todo lo que permitáis que me suceda.
Hacedme solamente conocer vuestra santa voluntad.
Amén.

Ahora, vemos esta meditación audiovisual del Himno “Libra mis ojos de la muerte”, de las Vísperas del tiempo de Cuaresma:

Teniendo como guía de nuestro examen de conciencia este texto de la Liturgia de las Horas de la Iglesia, nos preguntamos:

- Libra mis ojos de la muerte; dales la luz, que es su destino.
La “muerte” de la que pedimos ser librados no es la muerte corporal, sino la condenación eterna. La “luz” que suplicamos es el Cielo. ¿Cuántas veces pienso que estoy llamado a ir Cielo? ¿Le doy gracias al Señor porque con su sacrificio hasta la muerte en la Cruz me ha abierto las puertas del Cielo?

- Yo, como el ciego del camino, pido un milagro para verte.
¿Deseo de verdad ir al Cielo? ¿Lo pido? ¿Lucho para poder contemplar un día el rostro de Dios?

- Haz de esta piedra de mis manos una herramienta constructiva,
cura su fiebre posesiva y ábrela al bien de mis hermanos.
¿Mis manos son piedras que dañan a los hermanos? ¿Mis manos son corazón que se abre para acoger o corazón que se cierra para golpear? ¿Me corroe la ambición? El deseo de “posesión” puede manifestarse de tantas maneras: fiebre de poseer fama, fiebre de poseer dinero, fiebre de poseer éxito… ¿Busco el bien de mis hermanos? ¿Busco hacerles el mayor bien posible? ¿O dejo pasar oportunidades de amar, de servir, de consolar…?

- Que yo comprenda, Señor mío, al que se queja y retrocede;
que el corazón no se me quede desentendidamente frío.
Estoy siempre tan preocupado por mí y por mis necesidades… Pero, ¿me esfuerzo en comprender las necesidades, los sufrimientos, las vacilaciones de los demás? ¿Trato de ayudar a mi hermano débil y vacilante? ¿O sigo adelante sin preocuparme de otra cosa que no sea yo?

- Guarda mi fe del enemigo, ¡Tantos me dicen que estás muerto!
Mi mayor tesoro es la fe. Y cuánto desea el demonio arrebatármela, hacerme dudar de tu amor, Señor, de tu bondad, de tu perdón, de tu misericordia… En los momentos de dudas, de zozobra, de tiniebla… que nunca olvide el grito de júbilo de la Iglesia la mañana de Resurrección: “Ha resucitado”. Está vivo, Señor, vencedor del pecado y de la muerte, estás vivo y velas por mí, sin apartar tu mirada de mi noche y día.

- Tú, que conoces el desierto, dame tu mano y ven conmigo. Amén.
No me dejes sola, Señor Jesús. Tantas veces me comporto como un niño arrogante que piensa que sabe lo que necesita, piensa que sabe qué tiene que hacer y por dónde tiene que ir… Pero yo no conozco el camino, necesito que me guíes, Señor. Perdóname porque tantas veces he rechazado la mano que me ofreces para caminar contigo.

-Hna. Beatriz Liaño, SHM

pdfExamen de conciencia cuaresmal

Directo al grano

Documentales

Documentales

¿Cómo puedo ayudar?

Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
Más información aquí.

Colaboramos con:

proclericis          ewtn
CultuDivino           ain

Newsletter