Amparo Medina: El negocio de la ideología de género 5/7

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Capítulo 5º  de «Entre Profesionales: Leyes que rigen el mundo».

El quinto programa de este bloque lleva por título “El negocio de la ideología de género”. El ataque a las familias y hogares es uno de los objetivos de estas leyes de ideología de género. Por eso, Amparo Medina responde a las siguientes preguntas: ¿Cómo gestionan las empresas el negocio? ¿Qué medios crean para ganar dinero? ¿Qué cambios generan en la sociedad?

Amparo Medina - experta en pastoral familiar y exfuncionaria de la ONU- irá desvelando a lo largo de los siete capítulos de este bloque de “Entre Profesionales”, que trata el tema “Leyes que rigen el mundo”, la manipulación de la que somos objeto por parte de importantes organismos, cuyo verdadero rostro desconocemos realmente.

La ONU y sus políticas no tienen secretos para Amparo Medina, que durante años apoyó la agenda y lideró las campañas de la poderosa organización para introducir sus proyectos a favor del aborto y de la ideología de género en Ecuador y en todo Latinoamérica. 

Queridos amigos de HM Televisión, ¡qué alegría estar nuevamente juntos!

Continuamos con nuestros programas de Pastoral por la Vida, y seguimos reflexionando sobre el tema de la ideología de género. Hemos visto ya qué es la ideología de género, de dónde viene, cómo se fue acuñando con ideólogas como Simone de Beauvoir y otros grupos, mayoritariamente de lesbianas, que empezaron a impulsar todo este tipo de temas y que ahora han generado un cambio social y cultural en todo el continente.

Esta perspectiva de género, una vez que empieza a acuñarse, se mete en los grupos de mujeres. Realmente, somos las mujeres las que más hemos perdido. Yo no sé las feministas porqué se han callado tanto. Hemos luchado tanto por tener derechos iguales a nivel social, y ahora nos dicen que ya no existen ni hombre ni mujer. Desaparece todo, y los grupos LGTBI son los que comandan absolutamente todas estas leyes. Estos grupos se han venido financiando a nivel internacional por farmacéuticas, por empresas de estas famosas clínicas de cambio de sexo, de estética, que son un negocio millonario. No sé si ustedes saben cuánto cuesta aproximadamente una operación de cambio sexo. Puede costar alrededor de 20.000 dólares y tienes que usar sus químicos y sus hormonas durante toda la vida, porque como estás yendo contranatura, en cuanto dejas de usar esas hormonas, automáticamente retomas tu sexo natural. Entonces, se tienen que usar durante toda la vida. El negocio es redondo: te doy hormonas para toda la vida, y además te ofrezco cambios de sexo. Te ofrezco ponerte, quitarte, acomodarte, bigotitos, cejitas, implantes… Es todo un negocio que no para nunca, porque son cremas, son geles, son hormonas, son operaciones, son implantes… Hay de todo. Ahí, los únicos que ganan son, como siempre, estas empresas que nos llevan a estas leyes. Y quienes pierden somos nosotros, como seres humanos, que vamos quedando destrozados.

Antes hablábamos de que existían cinco sexos. Eso es lo que decía la perspectiva de género. Pero ya señalamos anteriormente, que existe solo un género, el género humano, y existen dos sexos, el masculino y el femenino. Científicamente eso lo podemos comprobar. ¿Qué es lo que dice la perspectiva de género, esta ideología de género? La ideología de genero, primero nos dijo: «¡No! Existen cinco: gays, lesbianas, heterosexuales, homosexuales y transexuales». Actualmente, aunque les va a resultar difícil de creer, hablan de 112 géneros. Ya no solamente tiene que ver con el cambio de ser hombre o ser mujer. Hoy esta ideología de género a nivel internacional está logrando tantos cambios que, inclusive lo que antes se conocía como esquizofrenia, como locura, hoy es normal para esta ideología de género.

Pero, ustedes dirán: «¿Cómo lo logran?». Acuérdense que entraron al sistema educativo. Lo primero que hicieron fue decirnos que estábamos a punto de convertirnos en genocidas contra estos grupos, que éramos tan malos, una sociedad tan perversa, tan perversa, que era necesario blindar a los grupos LGTBI del ataque de los otros seres humanos, porque estaban a punto de convertirse en víctimas de un genocidio. Cosa que no era verdad. En mi tiempo, en toda época, ha habido personas que tenían «atracción al mismo sexo», porque así se llama esta disfunción emocional, «atracción al mismo sexo». Así mismo, como es una alteración emocional, como es un daño emocional, pues como todo daño emocional puede ser acompañado, puede ser sanado.

Una vez que se realizaron estos cambios, ¿qué es lo que hicieron? Hicieron una gran campaña a nivel del arte, de la música, de la cultura, y se metieron en las escuelas de nuestros hijos, se metieron en la televisión, se metieron en el cine, se metieron en las actividades artísticas. ¿Qué es lo que nos decía este cambio cultural? «Todo vale”. Y aquel que se oponga a este cambio, es un retrógrado, es un fundamentalista, es un conservador, es un moralista. Y hay que acabar con todos estos grupos conservadores, de extrema derecha, moralistas, fundamentalistas, porque ellos son los malos. Dividieron, como toda política que busca poder, igual que lo hizo el comunismo, igual que lo hizo el socialismo. Divido a los buenos de los malos. Divido a los hombres de las mujeres. Divido a los niños de los adultos. Divido a los hijos de los papás. Y ahora divido a los que creen en la naturaleza y a los que no creen en la naturaleza.

Una vez que hice esta división, empiezo a decir quiénes son los buenos y quiénes son los malos. Los buenos son todos aquellos que están de acuerdo con lo que esta perspectiva de género dice. Todos aquellos que dicen: «Sí, ya no nacemos hombre o mujer. Ahora todo el mundo puede hacer lo que le dé la gana con su cuerpo. Todo el mundo tiene el derecho de hacer con su vida lo que le dé la gana». Ellos son los buenos. Los malos son aquellos que dicen: «Oiga que, científicamente, la única manera de nacer, es como hombre o mujer. La única manera de que la especie humana no desaparezca y podamos tener más seres humanos es entre un hombre y una mujer. El matrimonio vale la pena, porque ampara a los hijos, ampara a la familia, genera sociedades mucho más sólidas, mucho más fuertes, mucho más fructíferas económicamente, mucho más rentables». Estos son ahora los malos. Entonces, una vez hecha la división, empiezo a bombardear a la sociedad con una serie de mensajes en donde digo: «Cuidado con este grupo malo, es peligrosísimo. No les crean, ellos están equivocados, atentan los derechos. Ellos no tienen derecho a hablar ni a participar». Y se empiezan a crear una serie de leyes donde a los buenos hay que blindarles, y nadie puede hablar en contra de esta perspectiva de género, nadie puede opinar en contra. Y aquel que levante la mano en contra de esta perspectiva de género, automáticamente hay un marco legal que le dice: «A la cárcel». Multas, prohibiciones, se cierran colegios, padres de familia van a la cárcel, grupos de familias, grupos provida empiezan a ser atacados, a ser vulnerados. Nadie dice nada porque, como son los malos, a los malos hay que eliminarlos.

Con esa filosofía y con esa ideología, empiezan a implementar todas sus leyes. ¿Es verdad que lo que buscan es acompañar estos grupos, o quieren un cambio social de destrucción del ser humano? Citemos algunos casos solamente para que se vea hasta dónde llega esta famosa perspectiva de género.  En Canadá hay un hombre de 56 años que, amparado por la ley de perspectiva de género, actualmente se ha declarado una niña de cuatro años. Él tiene 56 años, seis hijos, legalmente estaba casado. Pero ya no es un hombre de 56 años, se ha declarado un «transedad», porque ahora tiene cuatro años, y un «transgénero», porque ya no es hombre sino mujer. Este señor que se cree niña de cuatro años, como ya murieron sus papás, hasta el Estado le declaró en abandono. Entonces, legalmente la transedad y el transgénero han hecho que a este señor que se cree niña de cuatro años, se le declare en abandono. Y no solo eso, sino que se le declare en adopción. Y ha sido adoptado por una pareja de lesbianas que ya había adoptado una niña. Una pareja de lesbianas adopta una niña y ahora adopta a este señor que se cree niña de cuatro años. Sacan vídeos muy «simpáticos» en donde este señor, que se cree niña de cuatro años, con su trajecito, su vestidito, sus cositas en el pelo, su vestidito rosado, está jugando a tomar el té con una niña de cuatro años que supuestamente es su hermana, legalmente es su hermana. Eso es legal y además la sociedad lo tiene que ver como normal, porque está en el marco de la perspectiva de género. Si alguien se opone a eso, va a ir a la cárcel. Pero, sin embargo, podemos preguntar: «¿Es un bien para esa niña?» «¿Cómo les habrá sentado a los hijos que, de pronto, su papá de 56 años sea ahora una niña de cuatro años?». Nadie se preocupa por eso, porque él se siente lo que él quiere ser y así es feliz.

Otro caso. Hay un grupo de Estados Unidos que actualmente está peleando por la “transraza”. Amparados en las leyes de perspectiva de género, ya no quieren ser anglosajones. Ahora quieren ser afroamericanos. Y para , van casi todas las semanas a los centros donde les hacen los famosos bronceados químicos artificiales. Se broncean todas las semanas, se han inyectado silicona en sus labios para que los labios sean parecidos a los que tienen los afroamericanos. Han hecho igual con las cejas, y el pelo se lo rizan de tal manera  que parece que están electrizados, así como lo tendrían los hermanos afroamericanos. Quieren desconocer a sus papás, quieren tener papás afroamericanos, y quieren que la OEA y la ONU den un dictamen donde se declare también la transraza como parte de los géneros. El delegado de Naciones Unidas ya lo ha dicho claramente: existen 112 géneros, incluyendo el «indefinido» porque, para este señor, existe el «género indefinido», es decir, yo no sé qué soy, y cómo yo no sé qué soy, puedo probar cualquiera, puedo ir fluctuando entre cualquiera de estos géneros hasta poder encontrar cuál va a ser mi género. Estos chicos ya lo han presentado. Parece que va ser aprobado, así que muy pronto tendremos la transraza.

En Estados Unidos hay también una señora declaró el género de la «mismidad». ¿Por qué? Porque le fue muy mal en el matrimonio. Se dio cuenta que no existía la posibilidad de tener una relación con un varón. Entonces dijo: «Mira, yo misma me doy placer. Yo misma me hago feliz. Yo misma me mantengo. Yo vivo sola». Y ella se declaró género de la «mismidad». Y no solo eso, queridos amigos, sino que esta señora de género «mismidad» se casó con ella misma, y ahora hay el matrimonio de la «mismidad». Ella se casó con ella misma y, el día que se muera, se va a heredar ella misma. Eso son los géneros.

¿En que está basada la perspectiva de género? Está basada en una mentira. Una mentira que busca un cambio cultural y social sin límites. Sin límites. Es decir, ya uno no se puede sorprender de todas las cosas que se oyen. En Inglaterra, una entrenadora del delfines se casó con su delfín amparada en la ley de la perspectiva de género, porque ella se puede considerar género animal, género transespecie. Hay un grupo de chicos que ya no se consideran seres humanos sino felinos: se operan los pómulos, se ponen lentes de contacto para que sus ojos tengan la misma imagen como tienen los felinos, se ponen estos aparatos que se ponen ahora en la cara, se ponen bigotes, se afilan las uñas, se suben los pómulos Por qué? Porque ya no son humanos, son género transespecie.

La pregunta es: ¿Usted quiere eso para sus hijos? ¿Quiere eso para su familia? ¿Quisiera que su hijo venga mañana y le diga: «¿Sabe qué, mama? Ya no soy persona, ahora soy perro y a partir de ahora voy a ladrar». Y que usted le diga: «Hijo, vamos a un psicólogo, estás mal. Tú no eres un perro». Y que su hijo la lleve a usted a juicio porque está atentando su identidad, porque está atentando su género.

Eso es lo que está pasando ahora. Hay padres de familia que están siendo encarcelados, en Alemania, en Canadá… ¿Por qué? Porque se oponen a que a sus hijos les digan que no existe eso. Se oponen a que a sus hijos les metan este tipo de barbaridades en su cabeza. Queridos amigos, no podemos jugar al rey que sale a la calle desnudo y que la gente le diga que está vestido, por quedar bien con el rey. Tenemos que ser como esos niños sinceros que le dijeron al rey: «Oiga, rey, usted está desnudo».  Es lo que tenemos que hacer. Por más que nos diga el mundo que esto es normal, no es normal y no podemos mentirles a nuestros hijos. No podemos dejarnos engañar. Usted no puede permitir que en el colegio le llenen a sus hijos de este tipo de cosas. Tiene que hablar, levantar la voz. Todo esto está llegando al punto que está llegando porque usted y yo no hablamos. Porque usted y yo no estamos diciendo las cosas como son. Porque usted y yo estamos ganando mucho dinero, llenándole de cosas muy bonitas a nuestros hijos, comprándole muchas cosas que ni siquiera necesitan, y dejando que el mundo les diga lo que le dé la gana. Es preferible que su hijo deje de tener el iPhone de moda, el pantalón de moda, las cosas de moda, pero que estén en su casa cuidados y atendidos, en una familia conformada por papá, mamá e hijos. Y que además estén totalmente protegidos, a partir de la oración y del encuentro con Dios. Rece con sus hijos, enséñales a sus hijos que hay un Dios que los cuida, que los ama, que los ampara. Haga una oración, al menos una. Bendiga los alimentos. Acuéstense dando la bendición los papas a los hijos. Es la única manera en que vamos hacer que nuestros hijos encuentren la verdadera felicidad. Hagamos de nuestros matrimonios y de nuestras familias, de nuestros hogares, iglesias domésticas. Es la única manera en que vamos a estar amparados de toda esta ideología. Cuidemos nuestra familia. Cuidemos nuestro hogar. Seamos padres santos, acojámonos al amor de Dios, cojámonos a la oración. Así van a proteger a sus familias de todo este tipo de barbaridades. No hay otra manera.

Actualmente esta es la persecución que tenemos los cristianos, y si los cristianos no estamos en oración, no nos aferramos al amor de Dios, vamos a perder nuestra familia. Y lo grave es que, un día, en la postrimería de nuestra vida, Dios nos va a preguntar: «¿Qué hiciste con el hijo que yo te di? ¿Qué hiciste con el esposo, con la esposa que yo te di?». Y vamos a tener que rendirle cuentas a Dios. Por lo tanto, no debemos callarnos. Amemos a nuestros hijos, cuidemos nuestra familia, y respondamos a Dios, no al mundo. «Sin vergüenzas humanas», decía san José María Escrivá de Balaguer, «sin vergüenzas humanas». Al único que le tenemos que responder es a Dios. Así que actuemos, vivamos, en función de lo que Dios nos pide. Hagamos de nuestras familias familias santas. Muchas gracias.

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