El faro: La gracia
- Categoría: El faro
“Conviértenos y nos convertiremos” (Lam. 5, 21). Si la gracia es un don, ¿cómo se explica que haya hombres sin ella? ¿Qué se le puede pedir al hombre que vive en pecado por no conocer a Dios?
“Conviértenos y nos convertiremos” (Lam. 5, 21). Si la gracia es un don, ¿cómo se explica que haya hombres sin ella? ¿Qué se le puede pedir al hombre que vive en pecado por no conocer a Dios?
Estoy siguiendo unos cursos en un instituto católico de teología. El otro día, uno de los profesores, al cual admiro, nos habló de una comisión compuesta por teólogos, moralistas, filósofos, antropólogos, biólogos, juristas, etc. que está tratando de establecer cuándo comienza el hombre a ser persona. Y nos expuso, sin hacerla enteramente suya, una hipótesis que parece ganar adeptos. Confieso que a mí, que siempre he sostenido con la Iglesia que eso sucede en el mismo momento de la concepción, me llamó la atención, y parecía bastante aceptable. El embrión comenzaría ser persona en el momento en que se manifestase como individuo. Ahora bien, esto no ocurre hasta pasadas las 16 primeras divisiones y subdivisiones celulares, es decir, a partir del estado de mórula. Porque a partir de ese momento, y no antes, ya no puede dividirse en 2 o más partes capaces de reproducir cada una el organismo entero. Hasta este momento, el embrión no sería un individuo. Estaría en un estado amorfo, indefinido y, en consecuencia, no sería persona. ¿Qué le parece?
El noveno mandamiento nos prohíbe tener malos pensamientos, pero ¿es eso posible? ¿Qué trascendencia pueden tener unos actos puramente internos como son los pensamientos?
Desde pequeños, nuestras madres nos han enseñado a llamar Madre a María. María es nuestra Madre del cielo. En la catequesis y en la predicación se vuelve constantemente sobre afirmaciones similares. Es más, el mismo Concilio Vaticano II enseña que María es la Madre de los miembros del cuerpo de Cristo, es decir, de la Iglesia. Por eso, el Papa Pablo VI pudo proclamarla, al final de este Concilio, Madre de la Iglesia. Lo acepto. No me cuesta aceptar el Magisterio de la Iglesia, pero me gustaría saber en qué se basa esa enseñanza y esa fe.
Siempre me ha costado entender la muerte de Cristo como un sacrificio. Recuerdo que de pequeño me dijeron que en la cruz el Padre castigaba a Jesús por nuestros pecados. ¿Cómo hay que entender la muerte de Jesús?
En este «Firmes en la Verdad» entrevistamos a Javier Rodríguez, Director General del Foro Español de la Familia. El Foro de la Familia es una plataforma civil que lleva 20 años siendo el altavoz de las familias españolas, alzando la voz en defensa de la familia y que se ha convertido —a fuerza de mucho trabajo— en un punto de referencia para millones de personas.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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