El faro: Pecado interno
- Categoría: El faro
En alguna ocasión, he oído hablar de los pecados internos, es decir, de pecados que se quedan dentro de uno mismo sin expresarse exteriormente con palabras o acciones. ¿Esto puede ser realmente pecado?
Programas en los que el P. Félix López da luz sobre algunos aspectos de la vida cotidiana, respondiendo a las preguntas que recibe de nuestros radioyentes por correo.
En alguna ocasión, he oído hablar de los pecados internos, es decir, de pecados que se quedan dentro de uno mismo sin expresarse exteriormente con palabras o acciones. ¿Esto puede ser realmente pecado?
Voy todos los domingos a misa porque soy cristiano y creo en Dios. Estoy haciendo un curso gratis sobre la religión evangélica. Un testigo de Jehová me ha suscrito a dos revistas y las recibo gratis. Las leo y las tiro. ¿Estoy obrando bien o mal?
Hay que dar gracias de Dios por todo lo que nos da y por todo lo que nos quita, porque todo procede de su amor y, cuando nos quita algo, es para darnos más.
He oído hablar de las indulgencias, pero no sé exactamente qué son ni cómo pueden ganarse. ¿Puede usted aclarar mis dudas?
En un grupo de oración al que pertenezco leímos hace días el pasaje del Génesis sobre el diluvio, y nos llamó la atención la dureza con que Dios reaccionó ante los pecados de aquellas gentes. Dice que se arrepentió Yahveh de haber hecho al hombre en la tierra y se entristeció en su corazón, hasta mandar el diluvio para destruirlo. Discutimos sobre ello. Unos decían que no es posible que Dios se arrepienta, pues todo lo hace bien. Y además, desde siempre, sabe todo lo que va a pasar. Otros, que si Dios nos lo ha revelado así, es que puede arrepentirse y castigar el pecado de los hombres; que no debe ser algo tan poco serio como a nosotros nos parece. Otros, en fin, pensaban que, siendo Dios infinitamente misericordioso, no es posible que castigue de esta manera a la humanidad. Total, que no nos aclaramos. ¿Podría usted darnos un poco de luz?
Asistí hace poco al funeral y entierro de una persona muy conocida en la ciudad. El templo estaba a tope y me causó muy buena impresión el sacerdote que presidió la concelebración porque, antes de distribuir la comunión a los fieles, dijo, más o menos: “Se recuerda a todos los asistentes a esta misa de exequias, especialmente a los que no frecuentan los sacramentos, que no hay obligación de acercarse a recibir en comunión el cuerpo del Señor. Los que vayan a hacerlo, que examinen antes su conciencia ante Dios, y que no se acerquen si no cumplen las condiciones requeridas: ayuno de una hora y no tener conciencia de pecado grave. Que hagan en lugar de la comunión sacramental un acto de deseo de recibir al Señor, una comunión espiritual, y le será muy provechoso para su alma.” Cuando uno piensa que en celebraciones más o menos masivas, como bodas, primeras comuniones, funerales, etc., se está convertiendo en algo normal el acercarse a comulgar sin confesar antes los pecados mortales, no puede menos que admirar la claridad y caridad de aquel sacerdote al que me he referido. ¿Qué piensa usted?
¿Por qué la Iglesia, que prohibía hasta hace unos años la cremación de cadáveres, ahora la acepta? ¿Cómo deben celebrarse las exequias en caso de cremación?
El otro día estuve hablando con unos amigos sobre los horrores del atentado del 11 de marzo de 2004. Hablamos también sobre los terroristas. Yo sugerí que, ante todo, rogásemos por ellos, porque con su actitud se hacen mayor mal a sí mismos que a sus víctimas. Al instante, una amiga reaccionó diciendo que ella no podía perdonar a esa gente. Surgió así una discusión sobre la obligación de perdonar a los enemigos. Me sorprendió ver que no sólo ella, sino también otros, manifestaban una gran dificultad en aceptar el mandamiento del Señor. Yo, francamente, sufro cuando veo y oigo en la televisión expresiones de tanta rabia y odio contra esos desgraciados terroristas. Condeno, evidentemente, sus crímenes. Me compadezco profundamente de las víctimas y deseo y pido al Señor por el fin del terrorismo, pero también los terroristas me dan mucha pena. Son mucho más desgraciados, porque la mayor de las desgracias es el pecado. ¿Estoy en lo justo?
Desde hace un tiempo, un amigo frecuenta un grupo de meditación dirigido por un monje budista. Desde entonces ya no le veo por la parroquia, y me temo que acabará perdiendo la fe. ¿Se puede ser budista y cristiano a la vez? ¿Acaso no tenemos una larga tradición de experiencia contemplativa y espiritual?
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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