Hallazgos e interrogantes del hombre y del mundo: respuesta en Dios: parte III
- Categoría: El árbol del paraíso
"La preocupación por salvaguardar de la desesperación, del extremismo y de la apostasía a sus fieles cuando éstos fueron dispersados como arena por los desiertos de escombros y por territorios de la diáspora de la Alemania de la posguerra, los convirtió en 'sacerdotes con la mochila a la espalda'. Curas que eran pobres entre los pobres… que, cuando la pobreza arrojó a innumerables seres a la desesperación, salvaron la fe de su pueblo. Héroes de la caridad, de la abnegación y de la fe en Dios."
"Uno de los hombres más valientes que he conocido en mi vida es el padre Poletti… Era en 1962 cuando nos conocimos y me narró sus aventuras mientras caminábamos… Al llegar a la casa parroquial, me daba pena ver al perro cada vez que el padre Poletti gritaba: 'Ah-Oi!' Pero más tarde comprendí que no se dirigía al perro, sino a la criada… Pero es el hombre que ha salvado la vida a cinco mil fugitivos. Bajo su ruda corteza se esconde la bondad del buen samaritano."
"A las once aterrizaba yo en Bombay. En todas partes, en las aceras, arrimadas a las paredes y a los portales, se ven figuras informes. No puedo precisar si viven o si están ya muertas. En esta ciudad, la más civilizada de toda la India, centenares de miles de niños duermen y mueren en las calles."
"Pero en esta Nochebuena, bajo el cielo de Saigón, el canto de los ángeles que glorifican a Dios y anuncian la paz de los hombres de buena voluntad aparece dominado por el estruendo de los reactores y cañones."
"Hay que ayudar a esta Iglesia (en Iberoamérica). Pero, en primer lugar, no con medidas caritativas. La caridad puede llegar a ser como la morfina, que anestesia durante un día la indigencia, pero no resuelve los problemas. Carece de sentido dar un pedazo de pan a nuestros hermanos hambrientos y aumentar de este modo su subordinación. Tenemos que ayudarles a que se alcen por sí mismos de su profundo decaimiento, para que se sientan íntimamente libres y conscientes de la dignidad de hijos de Dios."
"Desgraciadamente nuestros dineros y nuestras energías se usan para otros fines. No para la salvación de la humanidad sino para su total exterminio. En la estratosfera, en la profundidad de los océanos y en lugares inalcanzables de lejanos países, la muerte está al acecho, y la bestia de la destrucción, lista para el asalto. En esto se utilizan las riquezas de la tierra y no en darles pan a los hijos hambrientos del Rey de la Creación."
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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