Que nada te aleje de mí
- Published in Es la hora de la Divina Misericordia
"Quiero que seas como un oficial entrenado en la lucha que, entre el estruendo de las balas, sabe dar órdenes a los demás. Igualmente tú, hija mía, entre las más grandes dificultades, has de saber dominarte y que nada te aleje de mí, ni siquiera tus caídas" (Diario de Santa Faustina Kowalska, n° 1823).