El sacerdote

banner el sacerdote

"El sacerdote" te quiere ayudar a comprender la grandeza del ministerio que Dios ha confiado a algunos hombres que Él mismo ha elegido, para prolongar su misión en el mundo.
"El mismo Señor, para que los fieles se fundieran en un solo cuerpo [...], entre ellos constituyó a algunos ministros, para ofrecer el sacrificio y perdonar los pecados, y desempeñar públicamente, en nombre de Cristo, la función sacerdotal en favor de los hombres" (Presbyterorum Ordinis, nº 2).

Bloques

 
 
 

Último vídeo

Recientes

Nada ocurre por casualidad

El P. Augustin Kalamba fue ordenado el 23 de agosto de 2009, en el 50 aniversario de la Archidiócesis de Kananga (República Democrática del Congo). Está convencido de que no fue casualidad ser ordenado ese día, sino que la elección es fruto de la providencia de Dios. La coincidencia le ayudó a identificarse más con la diócesis a la que iba a servir a través de su ministerio sacerdotal, conduciendo a las almas por el camino de la verdad, que es Cristo.

Signo de los bienes celestiales

La vida consagrada hace presente en el mundo el mismo estilo de vida de Jesucristo, que vivió pobre, obediente y casto. En este último programa de «El sacerdote», el P. Matthew Nobrega nos cuenta cómo descubrió que Dios le llamaba no solo a la vida sacerdotal, sino también a consagrarse como religioso en los Siervos del Hogar de la Madre. Ellos no se definen por las actividades que realizan, sino por lo que son. Son de Dios y, a partir de eso, Dios puede hacer con ellos lo que quiera. Como dice la fórmula de sus votos: «Jesucristo será mi única riqueza y mi único Tesoro».

Haced esto en memoria mía

La Santa Misa, la adoración al Santísimo Sacramento, el Rosario y la confesión frecuente son el alimento espiritual del sacerdote. El P. Matthew Nobrega, Siervo del Hogar de la Madre, advierte que, sin este alimento, el sacerdote corre el riesgo de perderse y ser absorbido por la actividad diaria, terminando por actuar movido solo por rutina. Nos habla de su experiencia como párroco y comparte algunos recursos que él utiliza para cuidar su vida espiritual y la de su comunidad, para asegurar que siempre se haga primero la voluntad de Dios.

Ella siempre está presente

«El trato con la Virgen María no es accesorio, sino que es esencial». Así se expresa el P. Matthew Nobrega, Siervo del Hogar de la Madre, en este programa de «El sacerdote» que dedica a la importancia de María en su sacerdocio. Anima a los sacerdotes a predicar con más frecuencia sobre Ella, modelo de vida cristiana, y a ofrecer su cariño maternal a las almas a través de su vida sacerdotal. Está convencido de que todo sacerdote que pone su corazón, sus afectos y su voluntad en el Corazón Inmaculado de María, posee un «arma nuclear» para afrontar las tentaciones y asechanzas del demonio.

Cómo ser un buen confesor

El Señor, en su infinita bondad, viendo la debilidad del hombre a causa del pecado original, quiso darnos la posibilidad de arrepentirnos de nuestras faltas y, acudiendo al Sacramento de la Confesión, ser perdonados por el sacerdote. La experiencia de la confesión es una experiencia de liberación, perdón y olvido. El P. Matthew Nobrega, Siervo del Hogar de la Madre, nos habla acerca de su experiencia como ministro de este sacramento. Destaca la importancia de una buena formación para poder ayudar a las almas a afrontar las luchas y tentaciones del día a día.

Mi misión como sacerdote

El P. Matthew Nobrega nos habla sobre la misión que desempeña como sacerdote dentro de los Siervos del Hogar de la Madre. Para él, cada comunidad de Siervos a la que ha sido destinado, ha supuesto un tiempo lleno de gracias, de crecimiento espiritual y de aumento de amor por la evangelización de las almas. Destaca, en particular, el curso que estuvo destinado en Ecuador, donde experimentó fuertemente la mano providente y misericordiosa de Dios en cada actividad que le encomendaban.

Esto es lo que quiero para ti

El P. Matthew Nobrega experimentó por primera vez la llamada a los 15 años. El Señor le mostró, a través de una homilía, su vocación sacerdotal. A pesar de querer responder con prontitud, fue arrastrado durante algunos años por el mundo, dejando la idea de ser sacerdote como un mero recuerdo, hasta que, en la universidad, comenzó a experimentar más intensamente la necesidad de entregarse por completo a las cosas de Dios. Tras un largo discernimiento, entró a formar parte de los Siervos del Hogar de la Madre, para ser sacerdote y religioso.

Él me eligió sin merecerlo

El P. Matthew Nobrega, Siervo del Hogar de la Madre, fue ordenado sacerdote el 19 de diciembre de 2015. En este programa, «Él me eligió sin merecerlo», explica brevemente los estudios y pasos preparatorios que el seminarista debe realizar antes de llegar a ser sacerdote y cuál fue su experiencia personal en este periodo. Es consciente de no ser merecedor de este gran don. Por ello da gracias a Dios por haberle elegido y pide oraciones para desempeñar fielmente su misión durante el tiempo que el Señor le quiera conceder en esta tierra.

Lo esencial del sacerdote

El P. Matthew Nobrega, Siervo del Hogar de la Madre, para ayudarnos a comprender la grandeza del ministerio sacerdotal nos explica qué es lo esencial de este ministerio. Solo el sacerdote puede traer el Cielo a la tierra, solo él es puente entre Dios y los hombres. El P. Matthew considera que es necesario que los fieles tengan fe en este ministerio, pero señala que es aún más importante que los mismos sacerdotes tener fe en lo que son, porque si dejan de creer en el don recibido, su sacerdocio se deteriora.

Apóstoles de Jesucristo

El P. Luke DeMasi, como Siervo del Hogar de la Madre que es, tiene como tercera misión «la conquista de los jóvenes para Jesucristo». Este es el apostolado prioritario, aunque no exclusivo, del Hogar de la Madre. Durante el tiempo que ha estado destinado en Irlanda, ha podido experimentar de primera mano la «sed de verdad» que los jóvenes tienen. Ellos —subraya el P. Luke— tienen derecho a saber que son amados por Dios y que su vida va más allá de lo que el mundo puede ofrecerles. Pero, para eso, necesitan ser evangelizados.

Los distingue su modo de vivir

El P. Luke DeMasi reflexiona desde su experiencia personal como sacerdote religioso de los Siervos del Hogar de la Madre para explicar las diferencias entre el sacerdote diocesano y el sacerdote religioso. Desarrolla brevemente en qué consiste cada uno de los votos que profesan los religiosos: pobreza, castidad y obediencia, y destaca por qué es importante la vida comunitaria, no solo para los religiosos sino también para los sacerdotes diocesanos.

Una nueva oportunidad


Durante el tiempo en que el P. Luke DeMasi, Siervo del Hogar de la Madre, ha estado destinado en Irlanda, se ha encontrado con la triste realidad de que muchos católicos ya no acuden al sacramento de la Confesión porque no lo consideran necesario. Sin embargo, como nos recuerda el P. Luke, solo entraremos en el Reino de los Cielos si renunciamos a nuestros pecados y nos convertimos a Dios. Y es gracias a este sacramento, instituido por Jesucristo, donde se nos brinda una nueva oportunidad de convertirnos y de recuperar la gracia de la justificación.

Fundamento de mi sacerdocio

El P. Luke DeMasi, Siervo del Hogar de la Madre, considera que el sacerdote necesita tener el Santísimo en casa y reservar un momento del día donde mediante la oración, su alma pueda recibir la fuerza que necesita para afrontar los trabajos y dificultades de cada día. No hacerlo de forma humana sino mirando siempre la voluntad de Dios, ya que el sacerdote sin oración finalmente es consumido por el mundo y se convierte en un simple funcionario dejando de lado las cosas de Dios para ocuparse solo de las del mundo.

El amor de una Madre

El P. Luke DeMasi, Siervo del Hogar de la Madre, experimentó a la Virgen María como madre por primera vez tras un intenso periodo de lucha espiritual durante su juventud. Ahora, como sacerdote, él es consciente de que su presencia es mucho mayor. Nos invita a invocar con más frecuencia a María para que, como buena Madre que ama a sus hijos, pueda corregir nuestras faltas, enseñarnos a ser verdaderos cristianos y nos guíe por el camino de la fe.

Yo vivo de la Eucaristía

El P. Luke DeMasi, Siervo del Hogar de la Madre, recuerda que la Santa Misa no es una simple «representación» del sacrificio de la Cruz, sino que es el mismo sacrificio del Calvario. Destaca cuánta necesidad hay de oración y de reparación a causa del abandono y las ofensas que en la actualidad sufre el Señor en este sacramento. Los sacerdotes deben desempeñar su ministerio sacerdotal en fidelidad no a sus propios ideales, sino a la Palabra de Dios.

«Tienes que ser mi sacerdote»

El P. Luke DeMasi, Siervo del Hogar de la Madre, experimentó la llamada al sacerdocio en el primer retiro espiritual que hizo en la universidad. La confesión le trajo una paz tan inexplicable que preguntó al Señor qué tenía que hacer para conservar esa paz toda la vida. El Señor le respondió al instante: «Tienes que dejar las malas amistades, y después tienes que ser mi sacerdote». El miedo le paralizó durante cuatro años, hasta que la Providencia puso en su camino a un sacerdote que le ayudó a descubrir el gran don que es ser elegido por Dios para ser sacerdote.

Don gratuito de Dios

«Yo quiero que tú seas mi sacerdote. Quiero que tú vayas donde Yo quiero ir, que seas mi representante en esta tierra». El P. Luke DeMasi, Siervo del Hogar de la Madre, fue ordenado sacerdote el 29 de abril de 2017, fiesta de Santa Catalina de Siena. Descubrió ese día que, tras ungirlas con los santos oleos, esas ya no eran sus manos, sino las de Cristo, y que tenía que ser consciente de lo que hacía con ellas. Pero lo que más le marcó fue la celebración de su primera Misa, al elevar por primera vez la Eucaristía y comprender lo que es el cuerpo de Cristo.

Señor, ¿qué quieres de mí?

D. Álvaro Almenar Picallo —vicerrector de la Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia (España)— señala que en la vida cristiana no existe el paro, aquí todos tenemos una misión. Por ello, es importante el discernimiento para saber qué quiere Dios de mí. Dios no puede pedirnos algo que no podamos realizar y, además, Él quiere nuestra felicidad, por tanto, hacer su voluntad es garantía de felicidad. ¿Quieres ser feliz? Pregunta al Señor qué quiere de ti.

Yo tenía otros planes

D. Álvaro Almenar Picallo —vicerrector de la Basílica de la Virgen de los Desamparados, de Valencia (España)– nació en una familia cristiana y fue educado en la fe, pero, en la adolescencia, su relación con Dios se fue enfriando y finalmente dejó de asistir a Misa. Estudió Derecho y, aunque a nivel humano lo tenía todo, entró en una crisis profunda. En medio de ese vacío, Dios puso en su corazón una llamada a la donación, que tiempo después descubrirá, que se trataba de la entrega total en el ministerio sacerdotal.

Diálogo íntimo con el Señor

D. Álvaro Almenar Picallo —vicerrector de la Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia (España)— nos advierte que, si no dedicamos una parte del día a hacer silencio para que Dios pueda hablarnos y ayudarnos a salir de nuestros errores, existe el peligro de que caigamos en la tentación de vivir de «herencias espirituales» y, finalmente, nos olvidemos de lo más importante, que es hacer la voluntad de Dios.

Modelo de vida cristiana

D. Álvaro Almenar Picallo —vicerrector de la Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia (España)— afirma que la devoción a la Virgen Santísima no es una devoción más dentro del calendario litúrgico. Y, en concreto, los sacerdotes tienen una especial necesidad de acudir a María para que, como maestra, les enseñe a tener entrañas de misericordia para acoger, ayudar, guiar y socorrer a cada fiel que acuda a ellos, como lo haría Ella. «¿Quieres ser buen cristiano? Pues imita a María».

La Virgen de los Desamparados

Todo un equipo de sacerdotes atiende espiritualmente la Basílica de la Virgen de los Desamparados. Uno de ellos es D. Álvaro Almenar Picallo —vicerrector de la Basílica— que, en comunión con el rector, D. Jaime Sancho, se encarga de coordinar las obras de evangelización y caridad que realizan desde la Basílica y al equipo de capellanes que se encarga de la acción litúrgica. Desde que se abre hasta que se cierra, cuidan de la atención del sacramento de la Penitencia, sostienen el culto eucarístico y, dentro de las obras de caridad, colaboran con diferentes entidades, como explica D. Álvaro.

El Señor nunca se cansa

Para D. Álvaro Almenar Picallo —vicerrector de la Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia (España)— es una bendición poder administrar y recibir el perdón de Dios gracias al sacramento de la confesión, don gratuito que Dios concede a cada sacerdote en medio de su debilidad para que, actuando in persona Christi, conceda a los fieles que acuden arrepentidos el perdón de Dios y la conversión. En la Basílica de la Virgen de los Desamparados el sacramento de la penitencia está a disposición de los fieles en cualquier momento del día.

La santidad sacerdotal

D. José García Hernández —sacerdote de la Diócesis de Alcalá de Henares— destaca la importancia de que los sacerdotes se miren de pies a cabeza para que vean lo que son y lo que deben llegar a ser: sacerdotes santos y no mediocres. El sacerdote es un relicario de Dios y no puede perder de vista el horizonte de la santidad. Para ello necesita examinarse constantemente, ya que sus faltas no recaen solo sobre él, sino también sobre todos los fieles que Dios pone en su camino.

¿Qué es la oración?

D. José García Hernández —sacerdote de la Diócesis de Alcalá de Henares— hace un fuerte llamamiento a la oración, algo que todo fiel cristiano necesita para que su alma pueda respirar. Una de las misiones del pastor para con sus ovejas es estar ante el Señor orando por ellas, pero también por todos aquellos que no saben orar, no quieren orar o no encuentran tiempo para orar. Es parte de su ministerio sacerdotal.

La misericordia del Padre

El sacerdote no solo es ministro del sacramento de la confesión, sino sujeto del mismo. D. José García Hernández —sacerdote de la Diócesis de Alcalá de Henares— confiesa que, desde su ordenación sacerdotal, cada año se siente más indigno de este ministerio, más pequeño y más necesitado de la gracia de Dios. A través de este sacramento ha podido ver todas las heridas que el pecado genera y cómo Dios intercede por medio de él borrando todas las faltas y sanando al alma que desea acercarse al Señor y ponerse de nuevo en camino hacia la santidad.

Un tiempo para Dios

D. José García Hernández —de la Diócesis de Alcalá de Henares— recuerda que el sacerdote no es sacerdote solo ocho horas al día, o lo que dura su jornada «laboral», sino que lo es siempre, y por tanto, es necesario que santifique cada segundo de su tiempo para el Señor. En este aspecto, hay que destacar la importancia del rezo de la Liturgia de las Horas, a la que el sacerdote se compromete, públicamente, delante de su obispo, en la ordenación diaconal y sacerdotal. La Liturgia de las Horas está compuesta por textos inspirados y revelados por el Señor, que ayudan al sacerdote a hacer de su vida una oración continua cuyo centro sea Dios.

Madre de los sacerdotes

¿Quién es María para el sacerdote? Es una madre que educó y transmitió a Jesús todo lo que Ella conocía de su trato con el Señor. De igual forma enseña a los sacerdotes para que, ya desde el Seminario, se vaya formando en ellos el corazón sacerdotal de Cristo.
 D. José García Hernández —sacerdote de la Diócesis de Alcalá de Henares— reconoce que «María guía mi ministerio, es la que constantemente me está presentando dónde es necesario que ayude». Tras la pérdida de su madre, al año de ser sacerdote, estableció una relación más íntima con María y le pidió que, a partir de ese momento, fuera Ella su madre sacerdotal.

Un corazón indiviso

D. José García Hernández —sacerdote de la Diócesis de Alcalá de Henares—nos explica el verdadero significado del celibato sacerdotal, signo de entrega sin reservas a Cristo, para lo cual es necesario que el sacerdote tenga un corazón indiviso, es decir, sin divisiones, solo y exclusivamente para Dios. La misma entrega, el mismo amor que un marido pone en su mujer y en sus hijos, el sacerdote lo tiene que poner con toda la Iglesia. Y por ello, D. José García Hernández nos invita a preguntarnos: «¿Por qué al sacerdote se le pide amar tanto?».

El sacrificio de Cristo

D. Juan Cerrato Ponce —sacerdote de la Diócesis de Getafe (Madrid)— propone algunos consejos que nos ayuden a recogernos antes de la celebración de la Santa Misa y nos preparen al momento de la comunión. Al recibir el Cuerpo de Cristo respondemos «Amén», que significa: «Así lo creo». Atentos, porque «quien come el Cuerpo de Cristo indignamente, come su propia condenación», dice San Pablo (1 Cor 11, 27).

El aliento del alma

D. Juan Cerrato Ponce —sacerdote de la Diócesis de Getafe (Madrid)— reflexiona sobre las experiencias diarias con las que se tiene que enfrentar y concluye que, si el sacerdote no prioriza lo verdaderamente fundamental, que es su trato íntimo con el Señor, poco a poco se va vaciando y deja de hacer lo más importante que tiene que hacer, que es comunicar a Jesucristo, porque «si el sacerdote no se llena de Dios, no transmite a Dios».

Es Nuestra Madre

D. Juan Cerrato Ponce —sacerdote de la Diócesis de Getafe (Madrid)— nos anima a tener un trato más cercano con la Virgen. Su argumento es sencillo: «La Virgen María es mi madre. Me ha acompañado toda mi vida». Ella también recorrió su camino de fe. Abramos nuestro corazón para poder recibir todas las gracias que la Virgen quiere regalarnos.

Renovar la gracia

D. Juan Cerrato Ponce —sacerdote de la Diócesis de Getafe (Madrid)— nos cuenta cómo vive el sacramento de la Confesión, tanto como sacerdote como cuando él mismo es el penitente. Porque los sacerdotes no solo administran el sacramento de la Confesión, sino que también lo reciben porque son humanos y cometen pecados. El sacramento de la Confesión es experimentar el amor y la misericordia del Señor, y una nueva oportunidad para volver a Dios y proseguir tu camino de santificación.

La salvación de un alma

Las palabras del Evangelio son una llamada a no tener miedo. «Mi misión —dice D. Juan Cerrato Ponce, sacerdote de la Diócesis de Getafe (Madrid)— es llevar a Dios tanto a las personas que están dentro de la Iglesia de la que soy párroco, como también a los de fuera. Porque el de fuera también está necesitado de Dios, aunque él no lo sepa». Tenemos que confiar, trabajar y llevarle a Él. Nunca nos pedirá empresas que no podamos realizar.

Conduce y rectifica

D. Juan Cerrato Ponce —sacerdote de la Diócesis de Getafe (Madrid)— estudió en un colegio religioso, pero al entrar en la universidad se alejó de Dios. Años más tarde el Señor puso en su camino unos Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola en los cuales sintió fuertemente la llamada a vivir su vocación como cristiano y la necesidad de volver a la Iglesia católica. Destaca en este capítulo de «El Sacerdote» que para poder escuchar a Dios tienes que estar cerca de Él. Pero, para que verdaderamente veas su voluntad y no la tuya, lo más importante es descentrarte tú y ponerlo a Él en el centro.

Portadores de su Palabra

D. Juan Cerrato Ponce fue ordenado sacerdote el 9 de mayo de 2010, víspera de la memoria litúrgica de San Juan de Ávila, patrono del clero español, en el transcurso del Año Sacerdotal convocado por Benedicto XVI y en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús del Cerro de los Ángeles, en la Diócesis de Getafe (España). El momento que recuerda con más intensidad es el de la imposición de las manos y también el rezo de las letanías, postrado en el suelo a los pies del Sagrado Corazón de Jesús, para entregar su vida a Dios. En su cabeza, un único pensamiento: «Qué grande es Dios y qué pequeño soy».

Juramento de fidelidad

«¿Prometes obediencia a mí y a mis sucesores? —Lo prometo». D. Juan Cerrato Ponce, sacerdote de la Diócesis de Getafe (Madrid), nos explica el sacramento del Orden Sacerdotal dividiéndolo en dos partes: antes y después de la ordenación. Analiza las partes de la ceremonia que tienen más significación y subraya que la importancia de este sacramento radica en realizar una consagración total al Señor, para ser otro Cristo en la Tierra, pues en comunión con toda la Iglesia, debe llevar la verdad a todo lugar al que sea enviado.

Como si fuera la única Misa

«Un día sin Eucaristía es un día perdido». 
D. José García Hernández, en los 29 años que lleva de sacerdocio, puede contar con los dedos de una mano las veces que por algún impedimento no ha podido celebrar Misa. ¿El secreto? Asegurar la Eucaristía antes de realizar un viaje o acudir a cualquier acontecimiento. Si la Eucaristía es la fuente de la vida del cristiano, ¡cuánto más debe ser para el sacerdote el centro de su vida y ministerio! D. José es sacerdote de la Diócesis de Alcalá de Henares.

Sacerdote, Profeta y Rey

D. José García Hernández, sacerdote de la Diócesis de Alcalá de Henares, resume en tres palabras la misión de Cristo: sacerdote, profeta y rey. Todos los cristianos, por nuestro bautismo, somos llamados a vivir estas misiones, pero el sacerdote se distingue porque lo hace representando a Cristo cabeza, que preside a la comunidad. Por eso, debe velar sobre todo por la autenticidad del mensaje que se trasmite al pueblo de Dios.

Documentales

Documentales

¿Cómo puedo ayudar?

Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
Más información aquí.

Colaboramos con:

proclericis          ewtn
CultuDivino           ain

Newsletter